jueves, 3 de diciembre de 2009

Aniversario y recomendación


Nuestra Biblioteca, fundada el 1º de diciembre de 1913, ha cumplido la mayoría de edad: 96 años.
Y como cuando uno se va poniendo viejo se pone más reflexivo y crítico, nos pusimos a pensar en los desafíos que la institución ha ido enfrentando y en los nuevos que debe enfrentar actualmente. El más importante, actualmente, es el relativo a la generación de nuevos socios/lectores… si nadie lee o, según dicen, se leen cada vez menos libros ¿quién vendrá aquí a buscar las palabras que otros dejaron para ellos?
Por ello nuestra prueba más grande es, hoy día, acercarlos a nuestros estantes, orientarlos hasta algún libro que los enganche con la lectura, brindarles las múltiples oportunidades para convertirse en lectores activos. Pasen y vean, recorran nuestros pasillos y estanterías hasta encontrar (o ser encontrados) por ese texto definitivo…


Como el pescador que tira la lineada probando suerte, nosotros tiramos pedacitos de textos, de cuentos, de poemas, de otras voces que los acerquen al mundo de lo escrito. Esta vez los invitamos con un fragmento del libro Marte y las princesas voladoras de María Baranda, bellamente ilustrado por Elena Odriozola.


“Mosi no se parece a mí, que ya voy a la escuela y aprendo cosas como los nombres de los planetas, las divisiones y las multiplicaciones, memorizo las capitales de todos los países, escribo palabras que tengan v o b y me aburro infinitamente en las clases de inglés.
Mosi tiene la suerte de ir a una escuela en donde le enseñan a recortar figuras de papel rojo, naranja y verde, con formas de círculo o de triángulo; le dicen cómo amarrarse los zapatos, primero por el agujero derecho y después por el izquierdo; le ayudan a coser botones dorados sobre telas brillantes, como de princesas; la invitan a dibujar despacio las letras, de arriba para abajo y de abajo para arriba. Aunque ya tiene ocho años, uno menos que yo, todavía no se aprende el abecedario. Por eso, algunas tardes, cuando estamos jugando, de pronto Mosi dice a de aguacero, i de imagina, t de trompo, y luego nos reímos a carcajadas porque yo me pongo a girar y girar hasta que digo:
-Tiro, lo tiro y lo vuelvo yo a tirar.
Mamá me explicó que Mosi no podrá entrar a una escuela como la mía porque ella nació diferente: cuando todos decimos derecha, ella se va para el otro lado; si le explicas que algo está caliente, Mosi cree que en realidad está frío; como pasa con el agua de la regadera o con los pasteles que a veces hacemos. Es como vivir en otro lugar, un sitio diferente donde todo no es lo que es y al revés. A veces he pensado que me gustaría ser como ella: distinta, porque a mi hermana todos le hacen caso, mi mamá siempre le pregunta con una voz suave como de viento:
-¿Qué quieres para comer, Mosi?
Y la verdad mi hermana se aprovecha porque siempre dice una lista larga de golosinas:
-Chocolate, algodón de azúcar, cocada, tamarindo, chicle bomba, pastillitas de menta, gomitas, dulces de colores- y un largo etcétera.
Entonces mamá, en lugar de enfadarse, suelta una larga risa como de tren en una montaña mágica y le dice que mejor algo sano, algo que la alimente. Y luego las dos se abrazan.”

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