domingo, 14 de septiembre de 2008

“EL JARDIN DE LAS DELICIAS” de Septiembre



A partir de este lunes 15 de septiembre ya podrán disfrutar y leer nuestra cartelera-revista mural “El Jardín de las Delicias”. Este mes dedicamos la sección El Nombre de la Cosa a cartas, epistolarios y correspondencias personales. De allí les adelantamos esta carta de Charles Bukowski, el escritor norteamericano, como muestra de la totalidad de la cartelera. Desde ya los invitamos a que se acerquen al hall de entrada de nuestra biblioteca a leerla toda y conocer el resto de las secciones.



A Douglas Blazer, 22 de marzo de 1966

los envenenadores de perros son legión, actúan furtivamente, y rara vez los atrapan. como si no tuviéramos suficiente muerte, ellos juegan sucio con lo poco que hay. ¿y me querían mandar a la GUERRA para salvar a tipos como esos? los envenenadores de perros por lo general son antiguos vecinos del barrio, respetables, religiosos, propietarios, y a menudo sin hijos o con hijos que han crecido y no quieren verlos más. los envenenadores de perros suelen andar entre los 55 y los 70. la mayoría de ellos amaba a los animales de chicos, pero la sociedad Americana y lo que ella extrae del cuerpo, la mente y el alma puede producir monstruos muy especiales. casi todos están preocupados por la propiedad y los “derechos de la propiedad” como ellos los llaman. y como no tienen otra cosa que abrazar, su mundo se reduce a eso. no hace mucho hubo un doctor por acá ¡que aporreó un cachorro hasta matarlo con el mango de su pistola! ni siquiera era un perro adulto. y lo hizo abiertamente, en su jardín, con los chicos y la gente mirando (yo no estaba ahí). su excusa fue que el cachorro no tenía derechos en su propiedad. siendo médico y alimentado con la adoración de la gente hacia los médicos y con $$$, resultaba más atrevido y estúpido que sus hermanos mataperros. el caso fue a los tribunales, pero no sé cómo terminó, no lo publicaron o me perdí esa edición. probablemente fue absuelto o lo multaron con $15. la propiedad, la propiedad. yo tuve un lindo perro una vez (mitad lobo, mitad collie, pero amable, amable).
(…) a veces pienso que esos tipos casi saben que están muertos, que son feos, que están gastados, y no quieren ver a nada ni a nadie feliz y despreocupado; ni siquiera pueden ver a nadie infeliz, del modo que nosotros somos infelices, hay que hacerlo a su manera. un auto atropelló a mi perro después de mi última separación, le había dejado el perro a ella. los animalitos domésticos casi nunca mueren de viejos.

¡cómo odio este puto mundo y sus modos y sus valores! Blaz, te vas a recuperar del perro (los perros) muerto, pero no de aquello que lo mata: la bandera Americana, el dinero, la propiedad, los habitantes muertos de ciudades de horror, locura y miedo. cristo, cristo.

Charles Bukowski
Cartas y poemas, Black Sparrow Press, 1992


Esperamos que les haya gustado y los esperamos en la biblioteca!!!

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