viernes, 19 de septiembre de 2008

CINECLUB: “Rebecca” el lunes 22 de septiembre




Este lunes 22 a las 20.30 hs el Cineclub de la Biblioteca Popular Posadas presenta REBECCA, del director ingles ALFRED HITCHCOCK.

Biografía:

Nació el 13 de agosto de 1899 en el seno de una familia católica de Leytonstone, Inglaterra. Se estrena como ayudante de dirección en 1922. Poco después dirige "Mrs. Peabody" pero no pudo finalizarla por problemas financieros del estudio. Cuando, mientras adaptaba el guión de "Woman to Woman" de Grahan Cutis conoce a la que se iba a convertir en su esposa, Alma Reville, una mujer de talento y experiencia en el mundo del cine que pronto se reveló como una de sus más importantes colaboradoras. En 1925 se inicia como realizador con "The Pleasure Garden" una producción alemana filmada en Munich. Trabaja como Ayudante de Dirección en los estudios de la UFA y es en Alemania donde se puede decir que siente toda la influencia del expresionismo volcada en cada una de las películas que realizaría a partir de entonces. En "El enemigo de las rubias" (1926) y sobre todo "La muchacha de Londres" (1929) pone el sello Hitchcock, esa manera propia, descubridora de nuevas posibilidades cinematográficas. Su primer gran éxito internacional le llega en 1934 con la primera versión de "El Hombre que sabía demasiado". Fija su residencia en los Estados Unidos en 1940 siendo ya un personaje reconocido y en el año 1948 se convierte en su propio productor, lo que le lleva años en los cincuenta, a realizar la serie de televisión "Alfred Hitchcock presenta..." de la que dirige más de cien "temas cortos". Falleció el 29 de abril de 1980, durante los preparativos de una última película de título "The Short Night". Fue nombrado caballero por la Reina (seguía siendo de nacionalidad británica) y recibió un "Oscar especial" (el primero de su carrera).



REBECCA (1940) – Sinopsis
El adinerado Maxim de Winter (Laurence Olivier) conoce en unas vacaciones en Montecarlo a la joven empleada (Joan Fontaine) de una conocida con la que terminará casándose en segundas nupcias. Cuando regrese a su mansión, todo el ambiente girará en torno al obsesivo recuerdo de la difunta primera mujer de Maxim llamada Rebecca.


Apuntes:

El gran Alfred Hitchcock acomete esta historia de obsesiones, memorias, pasiones y celos amorosos con su habitual e inconfundible capacidad cinematográfica: soberbia presentación y desarrollo de personajes, intensidad en la acción, majestuosa realización y narración con sutiles movimientos de cámara que atrapan sabiamente al espectador. La película es notable por varias circunstancias. En primer lugar, supuso el desembarco de Hitchcock en Hollywood trabajando para el productor David O. Selznick, el promotor, artífice y verdadera alma, del clásico Lo que el viento se llevó.

Hitchcock fue el primer cineasta independiente de la era moderna (de hecho es uno de los pocos directores con derechos de propiedad sobre algunas de sus películas, sin que éstos pertenezcan a los estudios): controlaba absolutamente todos los estratos de la producción fílmica, desde el guión a la fotografía, desde la iluminación al vestuario, desde el puesto de operador de cámara al del servicio de catering. Por el contrario, Selznick era un dictador de los estudios: gustaba de controlar todos los aspectos que rodeaban sus producciones, dado que entendía que su dinero le permitía intervenir en todas las fases de creación de las películas producidas por sus estudios. Sin embargo, durante las largas y arduas negociaciones, no faltaron indicios de la catástrofe a la que ambos se avecinaban. El principal problema fue ponerse de acuerdo en el proyecto que iban a filmar. Selznick proponía Titanic, y estaba convencido de que ésa sería la primera película americana de Hitch incluso cuando el guión de Rebecca ya estaba terminado. Hitchcock jamás tuvo intención de rodarlo, y aprovechando que acababa de filmar otra obra de Du Maurier, presentó esta alternativa que, tras arduas negociaciones, terminó imponiéndose.

El marco es majestuoso, el desarrollo de personajes soberbio, los movimientos de cámara son pequeñas obras de arte en sí mismos. Pero lo verdaderamente subyugante es la capacidad de Hitchcock para otorgar el protagonismo a un personaje que no aparece en pantalla ni un segundo, y cuyo conocimiento por el público tiene lugar mediante las percepciones y los parlamentos de los demás personajes, yendo desde la adoración más absoluta, al desprecio mayor pasando por el escepticismo.

Por otra parte, Rebeca carece de picardía, del sentido del humor típico de Hitchcock. Él mismo diría que no consideraba Rebeca una película de Hitchcock, en los términos que le son propios, precisamente por la falta de sentido del humor, pero también porque Hitchcock había quedado algo decepcionado con la historia de la novela, puesto que se trata más de una novela psicológica que de una historia de suspense. Pero quizá Hitchcock, en su constante deseo por desconcertar al público, rechazara Rebeca como una obra típicamente suya porque plasmaba demasiadas cosas de él mismo y eso le resultaba incompatible con su macabro sentido del humor. Pero también es debido al ambiente lúgubre, tenso y gótico del melodrama novelístico de Du Maurier. Fontaine se libra de alcanzar la locura porque a Hitchcock le interesaba más permitir un aumento incesante de la tensión hasta terminar en un final apoteósico e inquietante.

Para quien quiera localizar el cameo de Hitchcock en esta cinta, el orondo director camina con abrigo y sombrero junto a una cabina telefónica desde la que habla George Sanders

¡LOS ESPERAMOS!

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