viernes, 27 de febrero de 2009
RECOMENDACIÓN: “Las ciudades invisibles” de Italo Calvino
El libro que le vamos a recomendar es “Las ciudades invisibles” de Italo Calvino. En él escuchamos junto con el Gran Kan las maravillosas narraciones de Marco Polo, que va contanto y describiendo cada ciudad que ha visitado, cada ciudad del reino... ¿ciudades reales? ¿ciudades imaginarias?
Lo único en común que poseen son sus distintos nombres de mujer y el hecho de que existen (para nosotros) al ser narradas.
Del mismo modo que los invitamos a leer este hermoso libro de Italo Calvino les proponemos, si se animan, a recorrer nuestra ciudad como extranjeros, a mirarla con ojos de viajeros extraviados y, como Marco Polo, a narrarla para que exista.
Les convidamos con un poquito para que se queden con ganas y busquen el libro.
Las ciudades y la memoria.3
Inútilmente, magnánimo Kublai, intentaré describirte a Zaira, la ciudad de los altos bastiones. Podría decirte de cuántos peldaños son sus calles en escalera, de qué tipo los arcos de sus soportales, qué chapas de zinc cubren los techos; pero ya sé que sería como decirte nada. La ciudad no está hecha de esto, sino de relaciones entre las medidas de su espacio y los acontecimientos de su pasado: la distancia hasta el suelo de una farola y los pies colgantes de un usurpador ahorcado; el hilo tendido desde la farola hasta la barandilla de enfrente y las guirnaldas que empavesan el recorrido del cortejo nupcial de la reina; la altura de aquella barandilla y el salto del adúltero que se descuelga de ella al alba; la inclinación de una canaleta y el gato que la recorre majestuosamente para colarse por la misma ventana; la línea de tiro de la cañonera que aparece de pronto desde detrás del cabo y la bomba que destruye la canaleta; los rasgones de las redes de pescar y los tres viejos que sentados en el muelle para remendarlas se cuentan por centésima vez la historia de la cañonera del usurpador de quien se dice que era un hijo adulterino de la reina, abandonado en pañales allí en el muelle.
En esta ola de recuerdos que refluye la ciudad se embebe como una esponja y se dilata. Una descripción de Zaira tal como es hoy debería contener todo el pasado de ZAira. Pero la ciudad no dice su pasado, lo contiene como las líneas de una mano, escrito en las esquinas de las calles, en las rejas de las ventanas, en los pasamanos de las escaleras, en las antenas de los pararrayos, en las astas de las banderas, cada segmento surcado a su vez por arañazos, muescas, incisiones, comas.
Leánlo y después nos cuentan.
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