lunes, 29 de septiembre de 2008

ÚLTIMAS ADQUISICIONES

Aprovechamos la oportunidad para poner a su alcance un listado de los últimos libros que hemos adquirido, recibido en donación particular o a través de la CONABIP.

La Luna y las fogatas, Cesare Pavese
Memoria de Vladimir, Perla Suez
Ensayo sobre la ceguera, José Saramago
Corsarios de Levante, Arturo Pérez Reverte
Aquí nos vemos, John Berger
De boca en boca, Graciela Falbo
Relato de un cierto Oriente, Milton Hatoum
El otro lado del mundo, Graciela Pedraza y Jorge Cuello
Ensayos selectos, Alejo Carpentier
Héctor Tizón, un ejemplar de frontera, Ana da Costa
Etimología de las pasiones, Ivonne Bordelois
Manhattan Transfer, John Dos Passos
Las palmeras salvajes, William Faulkner
Atrapa la vida, Doris Lessing
Transculturación narrativa en América Latina, Angel Rama
Relatos I y II, John Cheever
Bichos que vuelan, Patricia Suárez
Cosas de no creer, Adela Basch y Alejandra Erbitti
Nariz de Higo, Roberta Iannamico
Sectores populares, cultura y política, Leandro H. Gutierrez
Memoria de Adriano, Marguerite Yourcenar
La leyenda de la piedra movediza, Laura Devetach y Marta Prada
Estambul, Orhan Pamuk


Estos son algunos de los libros que hemos recibido. Los esperamos en la biblioteca para que los vengan a leer o se los llevan a sus casas en préstamo.
Les recordamos que nuestro horario de atención es lunes a viernes de 8 a 12hs y de 16 a 20hs; y los días sábados de 8 a 12hs.

viernes, 26 de septiembre de 2008

CINECLUB: “Viridiana” el lunes 29 de septiembre




Cerrando el ciclo de grandes directores europeos, el Cineclub de la Biblioteca Popular Posadas presenta este lunes 29 a las 20.30 hs "Viridiana" de Luis Buñuel.


VIRIDIANA (1961) – Sinopsis
Una joven novicia llamada Viridiana (Silvia Pinal) abandona el convento para realizar una visita a su tío viudo Don Jaime (Fernando Rey), quien terminará siendo atraído por sus encantos femeninos, intentando mantener relaciones sexuales con la joven. Al no conseguir su propósito, Don Jaime se suicida, hecho que provoca un sentimiento de culpa en Viridina, que abandona su ordenación religiosa para dedicar su tiempo a la caridad cristiana en un hogar que tendrá que compartir con su primo Jorge (Francisco Rabal), hijo natural de Don Jaime.





El gobierno español decidió olvidar las tendencias ideológicas del genio de Calanda e invitarle a retornar a su país para que pudiera rodar un film con producción española y así poder mostrar internacionalmente una cierta apertura en su arcaica disposición dictatorial. El resultado sería "Viridiana", una película censurada y calificada de blasfema y obscena por el Vaticano y la propia administración franquista, incapaces de soportar el mordaz envite contra el catolicismo más encorsetado y la visión satírica y alegórica de la realidad española.

Como en toda película personal de Buñuel, el argumento es sólo un pretexto para mostrar ideas que van más allá. En este caso se cuestiona la naturaleza de la beneficencia y se muestra cómo las buenas intenciones no siempre se materializan en un éxito pleno. También se cuestiona el verdadero significado de la fe católica, y los contrastes entre el mundo 'real' y el mundo teórico cristiano. Buñuel no se aleja de la religión, la busca y observa, analizándola desde su perspectiva atea, desordenando las convicciones morales y existenciales de su personaje central, en contrapunto con el pragmatismo y hedonismo que subyuga los valores primordiales de la sociedad.

La censura franquista objetó el final original de la cinta, en el que Viridiana llamaba a la puerta de su primo, él abría y ella entraba, cerrando la puerta detrás de ella. Obediente, Buñuel propuso un final diferente (en donde Jorge, Viridiana y Ramona, la criada, juegan a las cartas, en una muy sutil referencia a un trío sexual) que terminó siendo más pernicioso que el primero y que, irónicamente, fue aceptado por los censores sin reparos.

La película fue representante de España/MÉXICO en el Festival de Cannes, donde obtuvo la Palma de Oro, máximo galardón del festival, y la ovación unánime de público y jurado. Sin embargo, un artículo muy hostil publicado en el periódico oficial del Vaticano, L'Observatore Romano, provocó su inmediata prohibición en España. El incidente reivindicó la figura de Buñuel ante sus críticos y convirtió a Viridiana en una más de las películas prohibidas de este polémico cineasta.



LUIS BUÑUEL - Biografia

Nació el 22 de febrero de 1900 en Calanda (Aragón). En 1924 se licenció en Filosofía y Letras, siendo su sueño dedicarse a la poesía. Sus amigos en la Residencia de Estudiantes eran nada menos que Federico García Lorca y Salvador Dalí. Se mudó a París en 1925, la cuna del movimiento surrealista (en el cual militó Buñuel), y allí trabajó como ayudante de dirección de Epstein. Con la colaboración de Salvador Dalí realizó sus dos primeras películas: "Un Perro Andaluz" (1928) y "La edad de oro" (1930) provocando un gran escándalo en la sociedad del momento. En esta ciudad conoció a su mujer, la gimnasta Jeanne Rucar con la que vivió toda su vida. Al regresar a España dirigió un documental: "Las Hurdes, Tierra sin Pan", y se dedicó a la producción. Al estallar la guerra civil viajó a París y a Estados Unidos, donde intentó trabajar en Hollywood, donde fue rechazado. Pero fue en México donde reapareció la bendita oportunidad de dirigir de nuevo. Y allí, con 46 años, comenzó a realizar películas de manera estable. El prestigio de sus obras le otorgó reconocimiento mundial y volvió a España en 1960 para el rodaje de "Viridiana". A lo largo de su carrera artística en el mundo del cine (1928-1977) Buñuel filmó unas 30 películas. Vale destacar que trabajó siempre con escaso presupuesto y pocos medios materiales, por lo que se convirtió en un alquimista del séptimo arte. Sus obras de arte se han vinculado a la tradición cultural española, en donde expuso de forma sistemática sus inquietudes vitales e ideológicas, en un estilo narrativo tanto realista como surrealista. De igual forma, siempre fueron impregnadas de su humor amargo y su crítica a la religión, el poder y la burguesía.

domingo, 21 de septiembre de 2008

Recomendación: “El libro de mi madre” de Albert Cohen



Albert Cohen (Corfú, 1895-Ginebra, 1981) nació en el seno de una antigua familia judía de Cefalonia. Emigró a Marsella y se estableció en Ginebra, donde desarrollló una brillante carrera diplomática.
Hijo único a los cinco años se trasladó a Marsella con sus padres y con diecinueve a Ginebra, donde estudió Derecho y trabajó como funcionario internacional en la División diplomática del Bureau International du Travail hasta 1951. Activo militante sionista, a lo largo de más de treinta años fue gestando una extraordinaria saga, épica y cómica de un quinteto de judíos cefalonios, compuesta por cuatro obras maestras, Solal (1930), Comeclavos (1938), Los Esforzados (1969) y Bella del Señor (1968).
También escribió este bello libro, “El libro de mi madre” que fue publicado en 1954.


“Tu niño ha muerto al mismo tiempo que tú” le dice Albert Cohen a su madre e inicia así, con esta suerte de confesión, una larga sucesión de reflexiones y recuerdos que rescatan del olvido, pero no de la muerte, a su madre muerta.
En este libro el autor se propone contar/narrar como modo de venganza: la venganza que implica la exhibición casi impúdica de los detalles nimios de la vida de la muerta realizando así un señalamiento de lo intrascendente y silencioso (silenciado) de las mujeres de esa época, de esa clase, de esa pertenencia étnica. Su madre, la de Albert Cohen, era una mujer inmigrante de Europa Oriental de clase baja judía.
Doble venganza, no sólo la venganza pública ante la sociedad de poner nombre y prestar voz a lo callado sino también la otra venganza, quizá más dolorosa para el escritor, que conlleva la constatación tardía de la necesidad de aquello que se pensaba innecesario, aleatorio. Nombrar, descubrir y develar a la madre muerta para reconstruir una ausencia, y en ese lugar ausente comprobar la necesidad de la presencia. Constatación y reafirmación de la muerte para erigir este texto como vacío que da forma a aquello que no está; aquello que le dio sentido a una vida (la de la madre, la del hijo quizá) que al volverse ausencia vacía todo:

“Y luego, Mamá envejecida, tuvo dos gestos tan de ella, ¿de dónde le habían llegado?, ¿de qué infancia los había extraído? Los veo tan bien, esos dos gestos, torpes y poéticos, cuando de lejos, ella me veía llegar. Lo terrible de los muertos son sus gestos de vida en nuestra memoria. Porque entonces viven atrozmente y ya no comprendemos nada”. (XI, pág. 65)

Un libro quizá fuera de tiempo para nosotros, lectores actuales; que va a mitad de camino entre el panegírico (aquel viejo género que cantaba loas a un personaje ilustre) y la elegía (el canto luctuoso).
Bellamente traducido por Silvina Bullrich en la edición que contamos en nuestra Biblioteca, este libro nos invita a llevar a cabo un sano ejercicio: pararnos frente a la muerte para preguntarnos sobre nuestro propio destino y repreguntarnos no tanto si creemos en la vida después de la muerte como en la vida antes de la muerte.

“Los años han transcurrido desde que he escrito este canto de muerte. He seguido viviendo, amando. He vivido, he amado, tuve horas de felicidad mientras ella yacía abandonada, en su terrible lugar. He cometido el pecado de vida yo también, como los demás. He reído, he de volver a reír. Gracias a Dios, los pecadores vivos se convierten pronto en muertos ofendidos” (XXXI, pág. 137)

viernes, 19 de septiembre de 2008

Revista Chacú




Esta vuelta les queremos recomendar una revista de la provincia del Chaco, se trata de la revista “Chacú”. En ella encontrarán material cultural y sobre la promoción de la lectura; diversas miradas y reflexiones sobre esta problemática que van desde Mempo Giardinelli hasta el actual secretario de Cultura de dicha provincia.

Es de distribución gratuita pero cuesta conseguirla fuera de la provincia. En la Biblioteca contamos con un ejemplar del primer número y la promesa de la gente de Cultura del Chaco de seguir enviándonos los números que vayan apareciendo.
Leánla y después nos cuentan qué les pareció.

Les convidamos con un poquito de la revista, es un fragmento de una nota de Mempo Giardinelli que nos invita a reflexionar sobre la relación de los jóvenes con las nuevas tecnologías y la incidencia de esto sobre la (falta) de lectura.

“¿Qué hacemos con internet? Mi respuesta es que lo primero y mejor que podemos hacer es aprender nosotros mismos a usarla, para poder acompañar a nuestros hijos en ese proceso de descubrimiento. A la vez, preguntarnos a nosotros mismos qué hacemos y qué no hacemos para que los chicos sepan defenderse mejor, tengan criterio y disfruten la tecnología sabiendo poner límites. Y para todo eso se trata de leer, nosotros y los chicos; no hay otra alternativa. Lectura. Libros o no libros, pero leer.
Por eso la cuestión está en los padres, una vez más. Y en los docentes, en tanto fungen como padres sustitutos durante varias horas al día. Hay demasiadas personas que creen que la no lectura, hoy, se debe a la televisión y sobre todo últimamente a la difusión de los “juegos en red”. Muchos padres están preocupados por los juegos de guerra y de matar, por esa lúdica violencia que apasiona a millones de chicos y chicas como los que vemos en los cybers.
No digo que los cybers no sean nocivos, en el sentido que inutilizan el tiempo libre de los chicos y les quitan tiempo a otras actividades. Tampoco digo que para un espíritu juvenil sea inocuo el estar practicando formas de muerte durante horas cada día. Sí digo, en cambio, que el problema principal no está en los cyber ni en los juegos, sino en la comodidad de los padres, en el abandono de la responsabilidad de enseñar.
Pero esas personas no parecen darse cuenta de que las causas no están en lo que demonizan, sino en lo que no hicieron. Ninguna persona nació sabiendo atarse los cordones de los zapatos. Es tarea de los papás enseñarles pacientemente la necesidad, la utilidad y los modos de atárselos. Igual sucede con la lectura, y por supuesto con los valores y principios. No se los trae de nacimiento. Los aprendemos. Pero para aprender hace falta que alguien nos los enseñe.”

Mempo Giardinelli
“¿Lectura versus nuevas tecnologías?”, Revista Chacú, nro. 1, junio 2008, Resistencia (Chaco)

CINECLUB: “Rebecca” el lunes 22 de septiembre




Este lunes 22 a las 20.30 hs el Cineclub de la Biblioteca Popular Posadas presenta REBECCA, del director ingles ALFRED HITCHCOCK.

Biografía:

Nació el 13 de agosto de 1899 en el seno de una familia católica de Leytonstone, Inglaterra. Se estrena como ayudante de dirección en 1922. Poco después dirige "Mrs. Peabody" pero no pudo finalizarla por problemas financieros del estudio. Cuando, mientras adaptaba el guión de "Woman to Woman" de Grahan Cutis conoce a la que se iba a convertir en su esposa, Alma Reville, una mujer de talento y experiencia en el mundo del cine que pronto se reveló como una de sus más importantes colaboradoras. En 1925 se inicia como realizador con "The Pleasure Garden" una producción alemana filmada en Munich. Trabaja como Ayudante de Dirección en los estudios de la UFA y es en Alemania donde se puede decir que siente toda la influencia del expresionismo volcada en cada una de las películas que realizaría a partir de entonces. En "El enemigo de las rubias" (1926) y sobre todo "La muchacha de Londres" (1929) pone el sello Hitchcock, esa manera propia, descubridora de nuevas posibilidades cinematográficas. Su primer gran éxito internacional le llega en 1934 con la primera versión de "El Hombre que sabía demasiado". Fija su residencia en los Estados Unidos en 1940 siendo ya un personaje reconocido y en el año 1948 se convierte en su propio productor, lo que le lleva años en los cincuenta, a realizar la serie de televisión "Alfred Hitchcock presenta..." de la que dirige más de cien "temas cortos". Falleció el 29 de abril de 1980, durante los preparativos de una última película de título "The Short Night". Fue nombrado caballero por la Reina (seguía siendo de nacionalidad británica) y recibió un "Oscar especial" (el primero de su carrera).



REBECCA (1940) – Sinopsis
El adinerado Maxim de Winter (Laurence Olivier) conoce en unas vacaciones en Montecarlo a la joven empleada (Joan Fontaine) de una conocida con la que terminará casándose en segundas nupcias. Cuando regrese a su mansión, todo el ambiente girará en torno al obsesivo recuerdo de la difunta primera mujer de Maxim llamada Rebecca.


Apuntes:

El gran Alfred Hitchcock acomete esta historia de obsesiones, memorias, pasiones y celos amorosos con su habitual e inconfundible capacidad cinematográfica: soberbia presentación y desarrollo de personajes, intensidad en la acción, majestuosa realización y narración con sutiles movimientos de cámara que atrapan sabiamente al espectador. La película es notable por varias circunstancias. En primer lugar, supuso el desembarco de Hitchcock en Hollywood trabajando para el productor David O. Selznick, el promotor, artífice y verdadera alma, del clásico Lo que el viento se llevó.

Hitchcock fue el primer cineasta independiente de la era moderna (de hecho es uno de los pocos directores con derechos de propiedad sobre algunas de sus películas, sin que éstos pertenezcan a los estudios): controlaba absolutamente todos los estratos de la producción fílmica, desde el guión a la fotografía, desde la iluminación al vestuario, desde el puesto de operador de cámara al del servicio de catering. Por el contrario, Selznick era un dictador de los estudios: gustaba de controlar todos los aspectos que rodeaban sus producciones, dado que entendía que su dinero le permitía intervenir en todas las fases de creación de las películas producidas por sus estudios. Sin embargo, durante las largas y arduas negociaciones, no faltaron indicios de la catástrofe a la que ambos se avecinaban. El principal problema fue ponerse de acuerdo en el proyecto que iban a filmar. Selznick proponía Titanic, y estaba convencido de que ésa sería la primera película americana de Hitch incluso cuando el guión de Rebecca ya estaba terminado. Hitchcock jamás tuvo intención de rodarlo, y aprovechando que acababa de filmar otra obra de Du Maurier, presentó esta alternativa que, tras arduas negociaciones, terminó imponiéndose.

El marco es majestuoso, el desarrollo de personajes soberbio, los movimientos de cámara son pequeñas obras de arte en sí mismos. Pero lo verdaderamente subyugante es la capacidad de Hitchcock para otorgar el protagonismo a un personaje que no aparece en pantalla ni un segundo, y cuyo conocimiento por el público tiene lugar mediante las percepciones y los parlamentos de los demás personajes, yendo desde la adoración más absoluta, al desprecio mayor pasando por el escepticismo.

Por otra parte, Rebeca carece de picardía, del sentido del humor típico de Hitchcock. Él mismo diría que no consideraba Rebeca una película de Hitchcock, en los términos que le son propios, precisamente por la falta de sentido del humor, pero también porque Hitchcock había quedado algo decepcionado con la historia de la novela, puesto que se trata más de una novela psicológica que de una historia de suspense. Pero quizá Hitchcock, en su constante deseo por desconcertar al público, rechazara Rebeca como una obra típicamente suya porque plasmaba demasiadas cosas de él mismo y eso le resultaba incompatible con su macabro sentido del humor. Pero también es debido al ambiente lúgubre, tenso y gótico del melodrama novelístico de Du Maurier. Fontaine se libra de alcanzar la locura porque a Hitchcock le interesaba más permitir un aumento incesante de la tensión hasta terminar en un final apoteósico e inquietante.

Para quien quiera localizar el cameo de Hitchcock en esta cinta, el orondo director camina con abrigo y sombrero junto a una cabina telefónica desde la que habla George Sanders

¡LOS ESPERAMOS!

domingo, 14 de septiembre de 2008

“EL JARDIN DE LAS DELICIAS” de Septiembre



A partir de este lunes 15 de septiembre ya podrán disfrutar y leer nuestra cartelera-revista mural “El Jardín de las Delicias”. Este mes dedicamos la sección El Nombre de la Cosa a cartas, epistolarios y correspondencias personales. De allí les adelantamos esta carta de Charles Bukowski, el escritor norteamericano, como muestra de la totalidad de la cartelera. Desde ya los invitamos a que se acerquen al hall de entrada de nuestra biblioteca a leerla toda y conocer el resto de las secciones.



A Douglas Blazer, 22 de marzo de 1966

los envenenadores de perros son legión, actúan furtivamente, y rara vez los atrapan. como si no tuviéramos suficiente muerte, ellos juegan sucio con lo poco que hay. ¿y me querían mandar a la GUERRA para salvar a tipos como esos? los envenenadores de perros por lo general son antiguos vecinos del barrio, respetables, religiosos, propietarios, y a menudo sin hijos o con hijos que han crecido y no quieren verlos más. los envenenadores de perros suelen andar entre los 55 y los 70. la mayoría de ellos amaba a los animales de chicos, pero la sociedad Americana y lo que ella extrae del cuerpo, la mente y el alma puede producir monstruos muy especiales. casi todos están preocupados por la propiedad y los “derechos de la propiedad” como ellos los llaman. y como no tienen otra cosa que abrazar, su mundo se reduce a eso. no hace mucho hubo un doctor por acá ¡que aporreó un cachorro hasta matarlo con el mango de su pistola! ni siquiera era un perro adulto. y lo hizo abiertamente, en su jardín, con los chicos y la gente mirando (yo no estaba ahí). su excusa fue que el cachorro no tenía derechos en su propiedad. siendo médico y alimentado con la adoración de la gente hacia los médicos y con $$$, resultaba más atrevido y estúpido que sus hermanos mataperros. el caso fue a los tribunales, pero no sé cómo terminó, no lo publicaron o me perdí esa edición. probablemente fue absuelto o lo multaron con $15. la propiedad, la propiedad. yo tuve un lindo perro una vez (mitad lobo, mitad collie, pero amable, amable).
(…) a veces pienso que esos tipos casi saben que están muertos, que son feos, que están gastados, y no quieren ver a nada ni a nadie feliz y despreocupado; ni siquiera pueden ver a nadie infeliz, del modo que nosotros somos infelices, hay que hacerlo a su manera. un auto atropelló a mi perro después de mi última separación, le había dejado el perro a ella. los animalitos domésticos casi nunca mueren de viejos.

¡cómo odio este puto mundo y sus modos y sus valores! Blaz, te vas a recuperar del perro (los perros) muerto, pero no de aquello que lo mata: la bandera Americana, el dinero, la propiedad, los habitantes muertos de ciudades de horror, locura y miedo. cristo, cristo.

Charles Bukowski
Cartas y poemas, Black Sparrow Press, 1992


Esperamos que les haya gustado y los esperamos en la biblioteca!!!

CINE CLUB: FITZCARRALDO de Werner Herzog


Este lunes 15 de septiembre a las 20.30 hs, el cineclub de la Biblioteca Popular presenta FITZCARRALDO, del genial director alemán Werner Herzog. Los esperamos





FITZCARRALDO

Año: 1982

Duración: 157 min.

Género: Drama

Interpretes: Klaus Kinski, Claudia Cardinale



SINOPSIS

Brian Fitzgerald "Fitzcarraldo" (Klaus Kinski) es un hombre excéntrico, que ama la ópera con obsesión. Decide construir un teatro de ópera en plena selva amazónica. Para ello debe conseguir primero el dinero, y hacer fortuna en el negocio del caucho. Para realizar su plan debe transportar un gran barco fluvial fuera del agua por encima de un monte, para lo cual cuenta con la ayuda de un gran número de nativos. La epopeya de subir y bajar el barco en una sola pieza, unido al paisaje y a la ambientación clasifica al film en la categoría de cine-arte.



Werner Herzog fue el fundador del denominado Nuevo Cine Alemán junto con otros cineastas como Fassbinder. Ya en sus primeros cortos, Herzog dejó clara su preferencia por los antihéroes: personajes de singular personalidad enfrentados a un mundo hostil, para los que la lucha por su supervivencia o por defender sus ideas está siempre abocada al fracaso. Herzog no distingue nunca sus películas de ficción y sus documentales. En su obra, ambas vertientes se funden formando una sola. Él mismo afirma que "Fitzcarraldo" es su mejor documental. Con frecuencia, Herzog se inspira en personajes que existieron realmente, como Aguirre, Fitzcarraldo, Hanussen o Kaspar Hauser, entre otros. En sus documentales, esta premisa también es básica, pues tiene especial interés en presentar personas que viven situaciones difíciles y que han luchado contra todo tipo de obstáculos para sobrevivir o por alcanzar los objetivos que se habían propuesto. Los paisajes son fundamentales en la obra de Herzog. Frecuentemente, las tramas de las películas se encuentran en localizaciones donde la naturaleza es hostil o de una exuberancia sin límites. El esplendor de la naturaleza siempre esconde para Herzog un lado oscuro y frecuentemente maligno para sus antihéroes. El paisaje es un personaje más de sus historias y tiene un papel fundamental en el desarrollo de la trama.

Herzog siempre ha buscado efectos visuales reales en sus filmes, no hay efectos especiales. El destartalado barco que en "Fitzcarraldo" sube por una montaña para pasar de un río a otro, fue realmente transportado e izado por un numeroso grupo de indios, tal y como se ve en la película. Al igual que sus personajes, que deben luchar contra innumerables contratiempos en empresas casi imposibles, Herzog mismo vive estas situaciones en sus rodajes, que suelen ser particularmente difíciles. Las obras de Herzog han recibido grandes elogios de la crítica y le han reportado gran popularidad en los circuitos especializados. Al mismo tiempo ha sido sujeto de controversias referidas a los temas y mensajes tratados en sus obras, especialmente referidos a las circunstancias relativas a su creación. Un ejemplo significativo fue Fitzcarraldo, en la que la obsesión, tema central de la película, fue reproducida por el director durante la filmación. Herzog y sus obras han ganado y han estado seleccionadas para numerosos premios a lo largo de su carrera. El más importante es, sin duda, el premio al mejor director por Fitzcarraldo en el Festival de Cine de Cannes de 1982.